Hola viajeros, todos lo somos en
una u otra medida, este blog andaba algo paradillo esperando grandes historias que
contar, y ahora tengo una buena, nuestro reciente viaje a Uganda.
¿Porqué Uganda precisamente?
Africa tira mucho, es un continente que está y estará siempre de moda. Conocemos
bastante del norte, Marruecos, Egipto, Túnez, Argelia, pero si dices eso en el
Africa negra (perdón por la anticuada y sospechosa expresión) te dirán de
inmediato que eso no es Africa, sino otra cosa. En la parte africana de Africa conocíamos
ya Kenia, y el viaje allí nos dejó con muchas ganas de más, así que el viaje
estrella de este año tenía que ser a las tierras de Tarzán. Uganda es todavía
un país fuera de los circuitos turísticos y poco anunciado, pero los viajeros
vocacionales saben que Uganda es La Perla de Africa, en su tamaño mediano
encierra todo lo que se puede querer descubrir: lagos como mares y lagos
pequeñitos, islas, las cataratas más rápidas del continente, sabanas y selvas
vírgenes, llano y montañas, calor y frío brumoso. Tiene además algo que
engancha infaliblemente a los aficionados a la naturaleza, los últimos gorilas
de montaña y chimpancés salvajes del mundo, ir allí es un acto de
reivindicación y una ayuda potente para la conservación. Y por último, Uganda
tiene algo que a nosotros nos tira mucho, una población de gente buena y nada
maleada por el turismo, auténtica y deseosa de contactar y de intercambiar
experiencias con el “mzungu”, es decir, con el hombre blanco.
Con todos estos argumentos y con
mucho entusiasmo me puse a buscar un proveedor, no es nada fácil,
Kenia y
Tanzania tienen una larga experiencia turística y muchos turoperadores
expertos, pero Uganda está en mantillas en esto. Unas pocas agencias de Madrid
y Barcelona especializadas en viajes de aventura ofrecen circuitos casi a
medida, básicamente excursiones colectivas de al menos diez personas en
camiones todo terreno especialmente adaptados, con pernocta en tiendas de
campaña y alojamientos de nivel medio. Es una fórmula buena para hacer amigos,
pero nosotros ya tenemos decidido, después de probarlo casi todo, que
preferimos el viaje en pareja con guía y vehículo dedicado. Parece una fórmula
carísima, pero buscando un poco la diferencia de precio no es mucha. Después de
mirar por la Red contactamos con una empresa ugandesa (Mamaland Safaris) y
apalabramos un circuito de quince días incluyendo las grandes atracciones del
país, y también la extensión al norte, la reserva de Kidepo, más aislada e
inaccesible, que no suele incluirse en los circuitos.
Nuestra impresión sobre el país:
un nivel económico bajo, con una economía agrícola en niveles de supervivencia,
carreteras que son más bien pistas forestales, muchos muchos niños de corta
edad, no parece haber problemas de alimentación y el país hace un importante
esfuerzo de escolarización, en algunas zonas sí parece haber problemas de
trabajo infantil. Escaso desarrollo de la industria turística, con pocos
alojamientos de nivel medio y precio bajo (que es lo que uno trata de encontrar
siempre), tienes o campamentos para mochileros o lodges de lujo y precios
prohibitivos. Por eso es muy importante el asesoramiento del proveedor local. Para no perderme en la
descripción de los quince días que tuvimos, pongo un ranking de las cosas que
hay que ver, primero las mejores a nuestro juicio.
1.- Visita a los gorilas salvajes
en el Bosque Impenetrable de Bwindi. Este es para mí un top mundial en las
experiencias viajeras, lo más de Uganda. Otras agencias ofrecen la visita en
los bosques de Ruanda, pero allí los gorilas están cerca, la gente dice que es
como ir al zoo. Aquí te lo tienes que ganar, son dos horas de caminata por laderas
muy escarpadas hasta que encuentras al grupo, pero una vez allí ¡qué
experiencia!, qué animal tan hermoso, qué inteligente parece. Nuestra presencia
no les molesta, viven su vida de comer y dormir en el inmenso plato de ensalada
que es la jungla, a pocos metros de ti, sin sentirse intimidados, más bien
parecen interesados en nosotros. Intentan aproximaciones disimuladas, se
acercan y te miran a menos de un metro, los bebés se columpian enseñándote sus
habilidades, en dos ocasiones los machos dominantes se nos echan encima y nos
pegan un empujón, según el guía para jugar y probarnos. Es una experiencia de
las que te marcan y te dan qué pensar. Los permisos para verlos son carísimos,
según la época entre 600 y 750 $, pero el montaje de su conservación incluye
guías, porteadores, rastreadores, guardería, instalaciones, y teniendo en cuenta que en el grupo íbamos cuatro turistas con diez acompañantes, a mi juicio lo vale. Ya se que por ese
precio puedes pasar una semana en Roma, pero a mí esto se me queda, y lo otro
no tanto. Esta es además una eficaz contribución al futuro de la especie,
gracias a estos ingresos su número no para de crecer. En los tiempos de Idi
Amín quedaban solo 30 gorilas censados en Uganda, en los carteles explicativos
del parque pone que son ya 300, pero los propios rastreadores han puesto a boli
el último censo: 430. En efecto, los animales parecen lustrosos, bien
alimentados y con la piel brillante, psicológicamente felices, y hay muchos
bebés. El área en la que viven es realmente remota y de bosque virgen, pero no
os preocupéis por lo de la caminata, la gente va al ritmo que marquéis y todos
podemos hacerlo, hasta los más desentrenados. Eso sí, cuando os ofrezcan los
porteadores tomad al menos uno, en los pasos difíciles es de gran ayuda.
2.- Visita a los chimpancés
salvajes del bosque de Budongo. El chimp estuvo también al borde de la
extinción en libertad, pero desde la protección se ha recuperado
espléndidamente, hay 600 ejemplares solo en esta zona, se calcula que unos
6.000 en Uganda. Este es el bosque donde realizó sus investigaciones durante
más de 40 años Jane Goodall, la gente tiene por ella auténtica reverencia. Pese
a lo que la gente cree, el chimpancé es un primate menos comunicativo que el
gorila, no se deja ver con facilidad y nosotros solo llegamos a tenerlos a
cierta distancia, aunque vimos muchos. Pasan de los humanos y van a su bola, no
les interesamos. Un aliciente añadido, pasar la noche en el Budongo Eco Forest
Lodge, un alojamiento de cabañas prefabricadas de madera lujoso y agradable,
metido en la selva más espesa, menudo estruendo de pájaros, monos y demás fauna
al amanecer. Atentísima la gente de este lodge, qué gusto cenar a la luz de las
velas y al aire libre con manteles de hilo y vajilla de porcelana (como en Memorias de
Africa), y todo por un precio razonable.
4.- El parque natural Queen Elizabeth y el canal Kazinga.- Es el parque más extenso del país, realmente una inmensidad con muchos ambientes diferentes: sabana de acacias, sabana de palmeras (este paisaje era nuevo y espectacular para nosotros), selva cerrada, lagos y siempre el Nilo, omnipresente. Se hacen varios game drives en los que tienes asegurado ver elefantes, jirafas, leones y varias clases de antílopes. El paisaje de algunos valles verdes llenos de palmeras y grandes herbívoros es como el del día de la creación, solo falta el fondo musical de Elton John en El Rey León. La excursión en barco por el canal Kazinga es otro top, los elefantes se bañan y pelean en la orilla, ahí mismo. Se visita también el mirador sobre el lago salado, y aquí merece la pena pedir al guía que os baje a conocer la realidad de los trabajadores de la salina, que amablemente os harán una demostración de cómo mueven el agua y cómo la esparcen una y otra vez hasta lograr una capa cristalizada que se recoge en montones y luego se vende. Un trabajo duro y mal pagado, agradecerán una propina, bebidas, caramelos y lo que queráis darles.
5.- El parque natural de Kidepo.-
Como digo por ahí, está en el remoto norte, en la frontera con Sudán.
Hay que
plantearse si incluirlo o no en el viaje, porque es duro llegar allí (salvo en
avioneta, que encarece el viaje bastante), las carreteras son malísimas, y los
alojamientos precarios, se vive dentro del parque así que no hay restaurantes,
hay que llevarse las provisiones y cocinar allí. El paisaje es verde y
precioso, pero no hay muchos animales (diez años de pillaje de la guerrilla
tanzana lo dejaron arrasado). La gente es en esa zona muy pobre y el paisaje
está intocado, allí se ven los verdaderos poblados de chozas tradicionales,
pueden visitarse (Loloko), es una visita que merece la pena. Si
queréis ver lo más mollar del país en diez días no vayáis, pero si queréis conocer de
verdad Uganda no os lo podéis perder.
6.- El área volcánica de Kibale.-
Un maravilloso conjunto de lagos en antiguos cráteres rodeados de selva espesa,
un ambiente húmedo y neblinoso, nada que ver con lo que uno se cree que es
Africa. Junto al lago Nkuruba hay una zona de selva llena de monos, colobos
negros, colobos rojos, colobos de cola roja y Vervets, salvajes pero
acostumbrados a la presencia humana, peleando y posando para la cámara.
Imprescindible.
7.- Ishasha y los leones trepadores.
El león es un pésimo trepador, pero en esta reserva se han acostumbrado a
dormir en lo alto de las higueras. Lograréis avistar algunos, pero si están
lejos del camino solo veréis las colas y patas colgando. Esta es otra
diferencia con Kenia: allí puedes acercarte en el coche hasta los animales, en
Uganda está prohibido el off road, así que si no tienes mucha suerte solo los verás de lejos, con prismáticos.
8.- El lago Bunyonyi.- Uno más de
los varios lagos de la zona, en este hay islas con lodges turísticos a los que
solo puedes acercarte en canoa. Se puede alquilar una tradicional de tronco
vaciado (ingobernable, pero divertida), nadar o visitar las plantaciones de té
y los mercados de los pueblos. En la colina que domina la zona está uno de los
restaurantes más agradables del país, el Lake View, te puedes tomar una rica
tilapia asada en la terraza mirando el paisaje.
9.- Las plantaciones de té.- Muy
abundantes en el camino entre Queen Elizabeth y Fort Portal y en varias áreas
montañosas, siempre nos producen una sensación de paz con sus hileras de
arbustos verdes bien ordenadas y su ambiente húmedo y nublado. El lodge llamado
Chimpanzee Wiew Guest Cottage está junto a una de ellas, las vistas desde la
cabaña que nos dieron son las mejores que hemos tenido nunca, en ningún viaje:
árboles, valles, flores, plantaciones de té, pájaros coloridos y cantarines que
no tienen otra cosa que hacer que venir a darte la serenata, un sitio para morirte
y que te entierren.
10.- La gente.- Como ya he dicho,
la gente es pobre, y hay muchísimos niños. El turismo es aún raro, así que
parece como si la gente no supiera aún cómo reaccionar. Nadie te aborda, nadie
te pide nada, las familias consideran denigrante mendigar y así se lo inculcan
a sus hijos, así que los críos mantienen un simpático interés y te preguntan
cosas básicas en inglés, pero no piden. Si sales de la calle principal y te
metes por los poblados se forma un revuelo de críos (“¡mzungu!, ¡mzungu!”), y
muchas personas te abordan para darte la bienvenida y agradecerte que hayas ido. Es bueno llevarse
material escolar (cuadernos, bolis, ceras, calculadoras pequeñas), y donarlos a
las escuelas a las que os llevarán, los niños son un encanto y tienen mucho
interés. Si lleváis un Ipad y hacéis una foto a la clase y se la enseñáis, les
encantará. También se puede llevar una buena carga de chupachups o piruletas
(no caramelos sin palo, es un peligro), pero mejor entregarlos a la madre de
familia o la maestra para que lo reparta, si no puede haber una revolución.
11.- La comida.- No hay
congeladores fuera de Kampala, ni granjas de pollos, así que todo lo que os
sirven es fresco y natural, los guisantes son de vaina, el pollo estaba
corriendo por la calleja hace un rato (son musculosos y duros, tampoco
conocen la olla a presión), los huevos son de gallina casera. La comida local
es muy básica, casi toda vegetal: arroz, Matoke (pasta frita de plátano macho),
Yaams (un tubérculo morado que sabe a castañas), Mandioca hervida, Ugali (masa
de harina de maíz), todo acompañado de salsa de carne y cacahuetes, y quizá
un hueso con algo de carne para roer. No es costumbre comer pan. La gente está
acostumbrada a lo frugal, da un poco de reparo pedirte un buen filete cuando
por allí no lo catan casi nunca. Nosotros dimos a los guías unas barritas de
muesli y chocolate y nos confesaron que aquello era
lo más rico que habían probado. La cerveza es cara pero está muy buena, pero
eso sí, solo tibia. La piña tropical es muy dulce, y los aguacates son grandes
y en su punto de maduración, hay que probar la caña de azúcar y el Jackfruit, una especie de calabazón parecido al Durián. Comen bastante pescado, siempre de agua dulce: tilapia, siluro,
pequeños cíclidos de lago, suele ir ahumado o salado, se puede probar, está
bastante bueno. Como he dicho las comidas son frugales y nada se desperdicia (deberíamos
aprender nosotros), así que cuando llegáis al alojamiento lo primero que os
preguntan es qué vais a cenar y a desayunar, para prepararlo expresamente.
12.- Los pájaros.- Seas o no aficionado a la naturaleza, los pájaros en este país te llamarán la atención:
variadísimos, de colores llamativos, muchos con un canto agradable, te hacen pensar que las especies que emigran a España son lo más soso de Africa. Hay uno que canta de noche y su ruido es idéntico al de mi móvil cuando se está quedando sin batería, me tuvo sobresaltado muchas noches. ¡Llévate prismáticos!.
13.- Las compras.- Hay algunas
tiendas de artesanía, básicamente figuras de madera, cestos de hierba trenzada,
bonitas telas de colores, ropa y calzado de diseño africano, chanclas de neumático reciclado
y bisutería de tipo Masai. Puedes traer un estupendo té verde, y el arroz
ugandés es muy bueno también.
En resumen, un viaje fascinante y recomendable, decide qué quieres ver y planéalo con cuidado (eso es parte de la diversión), conozcas ya Africa o no Uganda te va a impresionar, este no es un viaje por zonas turísticas y trilladas, es aventura de verdad, así que si las cosas no salen exactamente como se planearon ¡Akuna Matata!.
Gracias por la pedazo de crónica. Me has aligerado la tarde ministerial :). Aunque creo que, si es que podemos, seguiremos por alguna de las facilitas que marcan los touroperadores y que nos faltan: Túnez, Tanzania, Sudáfrica... esas cosas.
ResponderEliminarTengo ganas de que vayas a Madagascar y nos cuentes de los lemures :D
Muy buena tu crónica Roterto, ha debido ser precioso y seguro lo habéis disfrutado mucho aunque me parece un viaje para valientes y osados .
ResponderEliminarBeautiful. We run group Tours any where in Uganda, Rwanda and DR congo at Katona Tours and Travel. check them out. http://www.katonatours.com
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